- I.- Cuando en la tarde aparezco en los espejos
Cuando en la tarde aparezco en los espejos
Cuando yo y la tarde queríamos unirnos
Tristemente nos despedimos
Tristemente nos hablamos en el espejo que disuelve las imágenes
Quién soy entonces
Quizás por un momento
De verdad soy yo que me encuentro
Quién soy yo sino nadie
Alguien que quisiera pasarse los días y los días
Como un solo domingo
Mirando los últimos reflejos del sol en los vidrios
Mirando a un anciano que da de comer a las palomas
Y a los evangélicos que predican el fin del mundo
Cuando en la tarde no soy nadie
Entonces las cosas me reconocen
Soy de nuevo pequeño
Soy quien debiera ser
Y la niebla borra la cara de los relojes en los campanarios.
- II.- Hay un espejo colgado en una pared rota
Hay un espejo colgado en una pared rota
En una vieja casa de campo
Perdida en un bosque sombrío.
Nada se mueve jamás en él
Salvo sombras submarinas de sombríos helechos y pinos.
El marco está cubierto de musgo.
Un día el espejo se deslizó al piso.
Años y años permaneció en los tablones astillados.
Muy rara vez
Una rata del bosque
pasó junto a él sin siquiera echarle una mirada.
Un día llegué yo.
Rompí la puerta desvencijada
Y pasó conmigo una angosta cuña de sol.
Llevé el espejo al cuarto de mi abuelo muerto
Y lo dejé reflejar su retrato
Mientras en la vieja casa del bosque
Las sombras
Las ratas del bosque y el musgo
Tuvieron que trabajar sin su testigo.